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Aneurisma cerebral y donación de órganos

Por qué fallecer de un aneurisma cerebral puede dar lugar a las raras condiciones necesarias para ser donante de órganos.

Este artículo ha sido escrito por Derek Fuchsberger, RN. 

Un aneurisma cerebral se produce cuando una arteria del cerebro -generalmente cerca de una zona donde la arteria se ramifica en dos vasos más pequeños- experimenta debilidad en la pared de ese vaso. Esta debilidad, a su vez, se llena de sangre y sobresale por el lado de la arteria como un globo. Si la presión en esa zona rompe el vaso, la sangre puede filtrarse al tejido cerebral circundante, lo que puede provocar un posible ictus hemorrágico, coma y/o la muerte. Es importante señalar que un aneurisma no es la rotura del vaso, sino el abombamiento de sangre en la pared del vaso.

Muchas personas pueden llevar una vida normal con un aneurisma y no saber nunca que está ahí; de hecho, la mayoría de los aneurismas se detectan al realizar exploraciones, como TAC y RM, para otras afecciones. Los aneurismas más grandes pueden presentar síntomas de dolor de cabeza, entumecimiento, debilidad o cambios en la visión. Los síntomas potencialmente mortales de la rotura de un aneurisma incluyen la aparición repentina de dolor intenso en la cabeza, cambios en la visión, dificultad para hablar, debilidad en un lado del cuerpo, pupila dilatada, caída facial y pérdida de conciencia, por nombrar sólo algunos. Se trata de una emergencia médica grave que requiere una intervención inmediata.

Factores de riesgo de aneurisma

Los factores de riesgo más comunes para desarrollar un aneurisma están asociados a la hipertensión arterial, ya que es muy probable que ésta sea un factor contribuyente. Entre ellos se incluyen el tabaquismo, la obesidad, el aumento de la edad, el aumento del consumo de sal, el abuso de drogas, el consumo de alcohol, el consumo de cafeína, la falta de ejercicio y tener ascendencia africana. Otros factores de riesgo son los antecedentes familiares, los trastornos genéticos que producen paredes vasculares anormales, los traumatismos craneoencefálicos, los tumores cerebrales, las personas asignadas al sexo femenino al nacer, los trastornos de los tejidos y cualquier otra cosa que pueda provocar debilidad o adelgazamiento de las paredes vasculares.

Los aneurismas pueden producirse en cualquier arteria del cuerpo, pero son más frecuentes y peligrosos en el cerebro y el abdomen. El tratamiento de los aneurismas conocidos puede incluir concienciación y vigilancia, cambios en el estilo de vida, control de la tensión arterial o clipaje quirúrgico del aneurisma en caso de un gran abombamiento o un aneurisma sospechoso de rotura. De nuevo, la mayoría de los aneurismas cerebrales no se rompen.

La emergencia médica que se produce cuando estalla un aneurisma se conoce también como ictus hemorrágico. Es este tipo de ictus el que, si no se trata con rapidez y eficacia, provoca la muerte del paciente o efectos persistentes. Por ello, es muy importante conocer los síntomas de un ictus y actuar con rapidez.

Aneurisma y donación de órganos

Si el paciente llega rápidamente al hospital pero, por desgracia, sigue sin sobrevivir, puede cumplir los criterios extremadamente raros para la donación de órganos, ojos y tejidos. Esto se debe a los siguientes factores:

  • Cuando un paciente con un ictus llega al hospital, se le intuba y se le administra medicación para salvarle la vida.
  • Si no sobreviven, el personal del hospital podrá mantener el suministro necesario de sangre y oxígeno a los órganos hasta que puedan ser donados (si es el deseo del paciente o de la familia). Esta oxigenación es necesaria para que sean viables o estén sanos para funcionar una vez lleguen al receptor.
  • Fallecer en un hospital significa que se puede contactar con profesionales médicos especializados en la obtención de órganos e iniciar la evaluación para salvar y curar a otras muchas personas.

Donación de órganos

La donación de órganos implica un minucioso proceso de selección para garantizar que los órganos están a salvo para ser trasplantados a personas gravemente enfermas. Esto hace que la capacidad de donar sea un hecho extremadamente raro. Por ejemplo, menos del 6% de los fallecidos pueden donar córnea, menos del 3% pueden donar tejidos y menos del 1% pueden donar órganos. También es bastante raro que se desarrolle un aneurisma, y aún más raro que se rompa y se convierta en un ictus hemorrágico. Sin embargo, como ya se ha dicho, si se detecta y trata correctamente, esta rotura de aneurisma puede prestarse a entrar en estos pequeños porcentajes de donación de órganos.


Derek Fuchsberger es enfermero diplomado con tres años de experiencia en la UCI. Su formación incluye entrenamiento de fútbol, diseño gráfico, tecnología y comunicaciones. En la actualidad, trabaja como enfermero de la UCI y se dedica a la redacción médica. 

En su tiempo libre, Derek es un galardonado enólogo.