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¿Cuánto tiempo puede estar un órgano fuera del cuerpo antes del trasplante?

Depende del órgano.

Una vez que un órgano se recupera (se extrae para el cuerpo) deja de recibir sangre oxigenada, y los tejidos y las células empiezan a descomponerse. Si las células y los tejidos del órgano se descomponen demasiado, el órgano no funcionará correctamente, o no funcionará en absoluto. Para ralentizar la descomposición, los órganos se lavan con una solución conservante y se enfrían a una temperatura de entre 32 y 39 grados Fahrenheit. Este proceso retrasa la descomposición de las células y crea un margen de tiempo durante el cual el órgano puede estar fuera del cuerpo sin causar daños irreversibles.

Incluso con los órganos enfriados para ralentizar la descomposición de las células, el órgano sólo puede estar fuera del cuerpo unas horas y seguir siendo susceptible de trasplante. Cada órgano tiene un plazo específico en el que debe ser trasplantado una vez recuperado:

  • Corazón: 4 - 6 horas 
  • Pulmones: 4 - 8 horas 
  • Hígado: 8 - 12 horas 
  • Páncreas: 12 - 18 horas 
  • Intestinos: 8 - 16 horas 
  • Riñones: 24 - 36 horas 

Los órganos torácicos (corazón y pulmones) son los más sensibles a la falta de flujo sanguíneo, por lo que son los que menos tiempo pueden permanecer fuera del cuerpo y aun así ser trasplantados con éxito. Los riñones son extremadamente resistentes y pueden estar refrigerados durante más de un día y ser plenamente funcionales tras el trasplante.

¿De dónde proceden estas directrices temporales?

La Red Unida para la Compartición de Órganos (UNOS) trabaja con la comunidad de trasplantes para crear políticas que salven el mayor número de vidas posible. Sus políticas pretenden dar a cada paciente las mismas oportunidades de recibir un órgano, independientemente de su sexo, edad, etnia, religión, estilo de vida o situación económica o social.

La UNOS determina el número de horas que los órganos pueden estar fuera del cuerpo y seguir siendo viables para el trasplante. Para determinar estos plazos, se tienen en cuenta consideraciones como la complejidad del órgano, su fragilidad/resiliencia y los datos de resultados de anteriores receptores de trasplantes. La salud y la seguridad de los receptores son siempre la máxima prioridad.

Los órganos que permanecen fuera del cuerpo más tiempo del predeterminado no pueden trasplantarse. Incluso con refrigeración, estos órganos presentarían daños tisulares y celulares que disminuirían considerablemente su capacidad de funcionamiento o estarían tan dañados que no funcionarían en absoluto.