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Sigue viviendo: La historia de Christian

"Le dije a mi hijo que quería que creciera para ser una buena persona. Pero en realidad, él me enseñó a ser una buena persona".

A Christian Mor-Ying Yang le encantaba el fútbol. Este adorable niño de ocho años era un líder natural que quería ser policía o bombero.

Su padre, Tony, le recuerda diciendo: "Papá, la razón por la que quiero ser policía es porque puedo conducir rápido. Me gusta la vida y el ritmo rápido, y además tengo la oportunidad de salvar a gente."

Una mañana de 2013, Christian dejó de respirar y tuvieron que llevarlo a urgencias. Cuando quedó claro que no se recuperaría, los Yang recurrieron a su fe en busca de orientación. "La primera vez que oímos hablar de LifeSource fue cuando estaba en el hospital", cuenta su madre, Priscilla. "Somos cristianos, así que rezamos para saber qué hacer. Fue entonces cuando mi marido habló con una de las enfermeras sobre la donación, y le remitieron a LifeSource."

Tony y Priscilla dijeron sí a la donación.

"No quiero enterrar todo su oro, sus sueños con él. Si algún niño ahí fuera necesita alguno de esos órganos, estoy más que dispuesto a donar los órganos de mi hijo para que esa persona pueda vivir; ver su vida, perseguir sus metas y vivir sus sueños."

Christian salvó la vida de cuatro personas como donante de órganos.

Inspirados por el impacto continuado de la corta vida de Christian, Tony y Priscilla son donantes registrados.

Tony afirma: "Nunca había pensado que mis órganos pudieran salvar a otras personas, pero los suyos sí. Por eso, después de él, elegí ser donante de órganos registrado".