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La historia de Alexa

La corta vida de Alexa, una niña de West Fargo, terminó trágicamente antes de tiempo cuando murió a los 14 años mientras esperaba un trasplante de pulmón que le salvara la vida.

"Era una niña con mucho talento a la que queríamos mucho", dice su padre, Loren. "No pasa un día sin que haya un vacío en la casa... ya no es lo mismo".

En lista de espera

A los siete años, a Alexa Kersting le diagnosticaron una enfermedad pulmonar, y a los doce desarrolló hipertensión pulmonar, lo que desencadenó su inclusión en la lista de espera para un trasplante. Durante los siete meses que Alexa estuvo en la lista, estuvo en casa o en el hospital, con oxígeno las 24 horas del día.

"Alexa no podía hacer las cosas que la mayoría de las chicas jóvenes son capaces de hacer, ya fuera asistir a su primer baile de secundaria o montar en bicicleta después del colegio", dice su madre, Mónica. "Todas sus actividades tenían que ser tranquilas, como el piano, el arte o visitar a sus amigos por teléfono o en casa".

Alexa era una joven valiente que nunca perdió la esperanza. Hablaba de todas las cosas que iba a hacer cuando recibiera el trasplante: bailar, conseguir el cinturón negro de taekwondo, aprender a conducir. "Teníamos muchas esperanzas", dijo Loren, "y nunca las perdimos".

Lamentablemente, la llamada que le salvaría la vida nunca llegó y en julio de 2004 Alexa murió mientras esperaba su trasplante. Es frustrante para los padres de Alexa saber que la cura para su hija existía, y todo lo que habría hecho falta para salvarle la vida es que una familia doliente y generosa, en algún lugar, dijera "sí" a la donación.

"Cuando eres padre, esperas serlo durante mucho tiempo", dice Mónica, "y es difícil imaginar una vida sin ella".

El legado de Alexa sigue vivo

Desde su muerte, los padres de Alexa, Loren y Monica Kersting, han dedicado su energía a promover la donación para que más personas reciban el trasplante que necesitan. También crearon una fundación llamada Alexa's Hope, destinada a ayudar a poner fin a las muertes en lista de espera para trasplantes, centrándose inicialmente en los pacientes pediátricos. Han compartido su historia con comunidades de todo el país, instando a más personas a registrarse como donantes.